columnas de arte
textos de arte, comentarios especializados sobre estética y arte
jueves, 13 de enero de 2011
la cinta blanca de otto dix
Estoy seguro que el Expresionismo se gestó en un pueblo similar o quizás
idéntico al lugar donde transcurren los desgarradores episodios de la bella
y oscuramente expresionista cinta blanca.
La Cinta Blanca es una película de tempo lento; y sin embargo es
absolutamente envolvente, del primer al último plano; nos duele en lo más
hondo habitar en su inenarrable crueldad subterránea, pero una vez dentro no
queremos abandonarla, porque somos conscientes de cuán difícil será
encontrar en años un pedazo de cine que diseccione con tan espeluznante
lucidez los rincones más oscuros del alma humana, aquellos que supuran dolor
y alumbran bestias y fantasmas, en el mismísimo umbral de la cordura. Al
calor de un prodigioso equilibrio rítmico, la cinta desmenuza su inapelable
terror coral, en una película microcosmos que florece entre semillas de
maldad venidera e inevitable.
Se habla de las aguas aquellas que trajeron estos lodos, en la Alemania
pre-nazi, sí, pero también en otras muchas desgraciadamente incontables,
porque su monumental película es un el espejo atroz de las raíces en las que
germina el odio, la violencia del desencanto, y la inhumanidad ante el
panorama de los ideales torcidos, del pensamiento único, de los dogmas de fe
sociales y políticos en una olla a presión de moralismo tóxico que brilla
con inenarrable luz en la elocuencia de un blanco y negro.
Infancia y juventud
Otto Dix nace en Untermhaus, cerca de Gera, en Alemania. Su padre, Franz
Dix, trabajaba de forjador de hierro en una herrería. Su madre, Louise, era
una enamorada del arte y la música. En este ambiente creció Otto Dix, quien
siempre se consideró hijo de obreros, pero desde luego no una persona
inculta y sin recursos.
Durante su época escolar, su profesor de dibujo, Ernst Schunke, fue quien
alentó al joven Dix, que, más tarde, en 1905 y hasta 1909 continuaría su
formación junto al pintor decorativo Carl Senff. Sin embargo, Senff rehúsa
apoyar a su aprendiz en sus primeros pasos artísticos, al tiempo que le
augura un futuro no muy brillante en el mundo del arte. El principado de
Reuβ (pequeño estado al este de Alemania, cuya capital era Gera) le
concede una beca, gracias a la cual pudo realizar sus estudios superiores en
la Escuela de Arte de Dresde (1909-1914), de la mano de profesores como
Johann Nikolaus Türk y Richard Guhr. Allí, Otto Dix entra en contacto con la
tradición de los pintores renacentistas alemanes. En 1914 realiza su propio
autorretrato. En esta época, Dix experimenta con el Cubismo, el Futurismo y,
más adelante, con el Dadaísmo.
La Primera Guerra Mundial y la República de Weimar
Al estallar la Primera Guerra Mundial, Otto Dix se alista en el ejército, en
un principio como voluntario en el regimiento de artillería, aunque más
tarde, también luchará como soldado raso tanto en Francia como en Rusia. El
horror de la guerra, como consecuencia, se convertirá en uno de los temas
fundamentales de su obra pictórica.
Recuerdo que el profesor de música, quien descubre el hilo conductor de los
extraños episodios, también se enrola en el ejército, para luego volver a su
pueblo natal……….de la misma forma que el gran Otto Dix.
Enero 2011.
expo panal rodrigo rodriguez. antofagasta-chile
texto para febrero
Fotonovelas: EXPO PANAL
Diseñador Rodrigo Rodríguez Bernales.
El fotógrafo y diseñador, Rodrigo Rodríguez, nos presenta una muestra de arte de protesta, en la que ironiza el excesivo uso de tecnologías y redes sociales, donde todo individuo se aísla en espacios reducidos transformándose en una abeja que sirve al sistema sin comunicación real.
Aquilino Polaino Lorente, en su libro La agonía del hombre libertario,establece la siguiente secuencia del consumista: “Hacer para tener; tener para consumir más; consumir más para aparentar una imagen mejor; disponer de una mejor imagen para hacer más.” Así entra en lo que este autor denomina el síndrome de la cebolla: como ésta, el hombre se disfraza de sus pertenencias, “acabando por identificarse con su ropaje, siendo imposible distinguir entre uno y otro”…
La historia que cruza la película retrata cómo un abejorro que forma parte de una familia, desarrolla toda su vida en unas pocas horas del día, tiempo que corresponde al crecimiento de una abeja, y pasa rápidamente de la etapa escolar a la universidad, y a su graduación y de ahí directamente al trabajo como recolector en la colmena donde vive.
Una realidad tan compleja y conocida como la nuestra, donde el acelerado ritmo de vida que llevamos, y la constante lucha diaria por prevalecer nos convierten lentamente en un ser autómata, desconectado de los otros seres humanos y que vive el día a día como una carrera constante, donde la meta se aleja a medida que vamos avanzando", afirmó Rodríguez.
Las redes sociales son estructuras sociales compuestas de grupos de
personas, las cuales están conectadas por uno o varios tipos de relaciones, tales como amistad, parentesco, intereses comunes o que comparten conocimientos.
El análisis de redes sociales estudia esta estructura social aplicando la Teoría de Grafos e identificando las entidades como "nodos" o "vértices" y las relaciones como "enlaces" o "aristas".
slo
febrero
miércoles, 25 de noviembre de 2009
el sentir y el quehacer como manifestación de lo bello
Valoramos las cosas desde nuestros sentidos. Ese valor está regido por nuestra búsqueda de lo perfecto y del placer (las cuales, están unidas porque nos agradan las experiencias gratas). Así es como aprendemos a tomar lo que con más a gusto sentimos de acuerdo a nuestras ideas y sentimientos, por eso que en cada obra de nosotros se manifiestan nuestras preferencias y formas de pensar, aunque no se esté del todo consciente de aquello.
Según Aristóteles el arte es una actividad humana, por lo tanto, imperfecta. Pero a través de la búsqueda de la perfección, es que vamos haciendo cada vez mejor las cosas. Las diversas formas de manifestación artística tienen como objetivo resolver conflictos al ser expresados mediante alguna materialidad a través de la pintura, notas musicales, el cuerpo, etc.- y con los nuevos descubrimientos en cada una de ellas se va adquiriendo conocimiento y técnica. Si se profundiza aún más, se puede aportar variaciones diversas y crear enlaces entre cada una de ellas, de la misma forma que lo hace nuestro cerebro con las neuronas. Por lo tanto, esta unión tiene una finalidad de servir al ser humano para sobrevivir en el tiempo y lograr, de esta manera, algo positivo para nosotros.
Platón, por el contrario, desvincula la idea de placer propuesta por Aristóteles, ya que hay otros placeres no vinculados a la belleza. La belleza puede ser vista como algo más bien objetivo (características exteriores de algo que estén, de alguna forma, definidas que son bellas) que es lo que ocurre con los críticos de arte y gente que analiza cada detalle de una obra, comparándola siempre con otra y procurando desechar la idea de que cualquier expresión puede ser arte.
La belleza depende, en gran parte, del orden, la armonía, proporción y distribución de los elementos en cuestión, y esto muchas veces se hace cuidando cada detalle como la técnica, precisión, etc.- y olvidando lo que hay en el interior de cada persona. Sin embargo, cuando se hace de forma intuitiva, se puede expresar todo lo que hay en el mundo interno, pero dejando de lado los aspectos objetivos que tienen que ver con el hacer del arte.
El lenguaje artístico tiene infinitas posibilidades y uno debería intentar aprender de todas ellas, lo que más pueda para luego llevarlo a la realidad psicológica a fin de que nuestro quehacer fluya correctamente como un río al cual uno pueda arrojar los elementos correctos que más tarde desemboquen en un mar de creación, en el cual toda cooperación hecha con una intención de mejoría, será bienvenida ya que contribuirá a formar un mundo más bello, equilibrado y armonioso.
francisco Pereira
alumno diseño gráfico ust
asignatura de estética del diseño
miércoles, 18 de noviembre de 2009
caminos cruzados
El concepto fundamental en los caminos cruzados del quehacer local, delimita el alcance de la estética o bien el concepto de la belleza o bien el del arte.
No es un concepto nuevo ni originalmente puro. Se asumió la concepción corriente, es decir, se conserva la idea del arte de la cual los griegos se servían de modo intuitivo, y la definimos convirtiéndola en un verdadero concepto.
El arte es una actividad humana, lo cual lo distingue de la naturaleza; los productos del arte, son contingentes, mientras que los de la naturaleza son de necesidad. Hay tres tipos de actividad humana, la investigación, la actuación y la producción. El arte es una producción, y solo es arte, una producción consciente, basada en el conocimiento.
La producción basada sobre el instinto, sobre la experiencia o sobre la práctica, no es arte; solamente quien conoce los medios y los fines de la producción está en la capacidad de dominar el arte a fondo. La capacidad de producir es una habilidad.
El significado básico de la palabra techne, consistía en las habilidades del productor, en el ars medieval se refería al conocimiento en si mismo, mientras que en el concepto de arte ya se tiene el producto.
Los rasgos del concepto de arte son: dinámicos; tienen un factor intelectual en el arte, no habiendo arte sin reglas generales; Se concibe el arte como un proceso psico-físico, contraponiéndolo a la naturaleza. La contraposición entre arte y naturaleza no está muy clara, ya que la filosofía está firmemente convencida de que el arte aspira siempre a un fin, del mismo modo que lo hace también la naturaleza, siendo esta finalidad un elemento que los acerca.
Al determinar el arte en tanto que habilidad, lo asemejo a la ciencia; la ciencia atañe a la existencia y el arte a la creación. El arte como habilidad borra la frontera entre arte y ciencia. El arte puede hoy carecer de reglas con tal de que el producto sea satisfactorio.
La relación entre el arte y la materia de que se sirve, así como entre el arte y las que son sus condiciones: el arte necesita siempre de la materia, pero se sirve de diferentes formas; el arte cambia la forma de la materia.
jueves, 5 de noviembre de 2009
estado de sitio
Se declara que el presente texto, no alcanza pretensión, ni menos convertirse en un manifiesto de la estética imperante en esta posmoderna industria del arte local.
La Trienal de Chile se produjo como una experiencia de acción, de acuerdo a la reacción del estado imperante y sus demandas específicas de la propia escenografía emergente.
Es preciso que las autoridades del centro recuerden que los museos de vanguardia, sólo están en el centro-centro y que no basta con tomar un avión, llegar, discursos más o menos y luego volver a sus trincheras post-revolucionarias, que emergen de Santiago.
Que nos ha dejado el paso esta caravana de Artistas Argentinos, el paso de los días y meses, seguramente nos abrirá alguna llave, que nuestro espectador común, percibirá de acuerdo a sus procesos de retención visual.
Sin lugar a dudas, la clínica de arte ha sido una de las experiencias más significativas de la escena local, en los últimos tiempos. Marcos Figueroa no solo conoció las obras, elaboró una plataforma crítica y forzó situaciones que condujeron a tomar decisiones para sostener agrupaciones de artistas, sino que instaló argumentos que aportaron mayor complejidad al debate sobre enseñanza.
Las complicidades culturales, formales y afectivas entre escenas locales del norte de Chile y de la Argentina, producen efectos específicos de importancia, no solo en el terreno de las prácticas artísticas, sino en el de las relaciones culturales efectivas.
Fundado este eje norte-norte, ahora queda esperar el próximo capítulo de este sismo, segunda parte.
slo
lunes, 10 de agosto de 2009
otro eje norte-norte
Cada vez que recuerdo que para dictar mi Residencia en Antofagasta tuve que viajar desde Tucumán por vía aérea haciendo escala en Buenos Aires y Santiago, pienso que la escena sería digna del mejor cine del absurdo y vuelvo a pensar cuántas de nuestras elecciones están preconfiguradas en mapas que aún reflejan estructuras geopolíticas de nuestra modernidad desfasada, aún cuando algunos aspectos de la globalización nos hacen suponer otras cosas. Son harto conocidas las historias de subalternidades entre nuestras ciudades capitales y las provincias, las cuales hablan de las asimetrías con las que se construyeron nuestros países fragmentados y desagregados, asimetrías y tensiones históricas que con frecuencia reactualizan la necesidad de resignificar los conceptos de nación y región.
Sin embargo, estos escenarios postcoloniales empiezan a mostrar algunos signos de cambios que permiten visualizar acciones de re-activación y re-articulación a pesar de -o desde- las crisis de nuestras jóvenes democracias. Esos cambios sociales se ven motivados por diversos hechos propios del actual espíritu de época, en el que las nuevas tecnologías de comunicación y la democratización de la información tienen un peso decisivo, ya que inciden directamente en los hábitos y representaciones de los sujetos al relativizar los límites geográficos y contribuir a una nueva percepción de lo local y lo global.
De alguna manera estos tiempos, en los que nos encontramos honrando aquellos avatares independentistas de nuestras naciones, probablemente sean una buena oportunidad para repensar esa idea de lo ‘independiente’ y cruzarla con el debate sobre el arte y la relatividad de su autonomía. Pero más que plantear este último tema en abstracto, en este caso me interesa poner atención en las nuevas implicancias de la autonomía de la producción artística en nuestros países, y más específicamente en nuestras regiones distantes de las ciudades capitales.
El carácter disyuntivo que plantean estas relaciones entre centros y nuestras periferias, las cuales constituyen sus respectivas condiciones históricas, parece abrir un campo propicio a otras independencias para establecer nuevos vínculos a partir de la ampliación y reconfiguración de sus sistemas de identificaciones. Esto es posible gracias a que una emergencia del campo artístico, hace propicio un tiempo en el que ésta se siente liberada de los determinantes e imposiciones de su coyuntura histórica, lo que a su vez es potenciado por los cambios tecnológicos que facilitan la deslocalización de la cultura.
Quizás sea esta condición, entre otras, la que nos aproxime el norte chileno al norte argentino más allá de sus propias peculiaridades. Se trata de dos regiones que se encuentran en plena renovación de sus concepciones sobre el arte, cuyas prácticas artísticas por mucho tiempo han sido rehenes de las políticas culturales y de las tensiones derivadas de sus condiciones de subalternidad en el contexto nacional. Artistas que de un lado u otro, imbuidos de los nuevos modos de apropiación de la cultura, construyen lo suyo, importando, traduciendo, reciclando partes de una cultura que ya no reconoce localizaciones.
La evidente analogía entre estos campos artísticos suscita una pregunta del todo válida: ¿Qué cosas vinculan esa especie de constelaciones de lucecitas que diseña el antofagastino Salvador Lauriani con el mapa de los territorios saharauis que fueron usurpados, y bordados por sus mujeres y por la artista catamarqueña Claudia Martínez en el norte de África a pesar de que ella viva en España; y esto a su vez con esos otros mapas que borda Carlota Beltrame en Tucumán, o esos cielos limitados por el follaje que Ana María Benedetti construye en Salta?
Pienso también en las ficciones del viaje como posibilidad de encontrar un lugar mejor al que habitamos. Y aquí se me cruzan nuevas imágenes como la de aquel tren de Claudio Galeno, con esos viajes absurdos de Rosalba Mirabella, pero también pienso en esos globos de Yonsin Chiang Flores que no terminan de volar. ¿Qué cruces se producen en estos tiempos con respecto a los lugares físicos de residencia, los lugares virtuales en los que navegamos, los lugares del trabajo, los no lugares, etc.? Mis respuestas están precisamente en este punto: Ser ciudadanos de nuestro pequeño territorio y al mismo tiempo ciudadanos del mundo. Y aquí otra vez la cuestión de las fronteras, la idea de los límites geográficos y su relatividad frente al mundo ilimitado que nos proponen las nuevas tecnologías y por qué no el arte.
El recorte que propongo tiene la intención de ser una especie de fotografía instantánea que reúna artistas, obras, colectivos de gestión y proyectos que den cuenta de un primer estado de situación de ambas regiones. Consecuentemente busco instalar los interrogantes y concepciones sobre nuestros lugares y los modos discursivos de interpelar, referir, presentar o representar nuestras realidades, pero también hablar de las estrategias que nos proponemos para transformarlas.
Una suerte de inventario, ya que la idea consiste en organizar un espacio que abra también la posibilidad de entretejer redes entre artistas interesados en plantear nuevas acciones de integración y nuevas políticas para las regiones involucradas.
Marcos Figueroa
Tucumán, Argentina. 2009