NO TODO LO QUE BRILLA ES ORO…………
No todo lo que brilla es oro, y menos en nuestra cultura local, tan distanciada de la gente, como de los propios actores. En estos casos, cultores de la Artes Visuales, léase pintores particularmente.
La primera reflexión es con respecto a los reales alcances de la política cultural imperante, ¿Cuánto se debería hacer, o realmente cuanto se puede hacer. ?
Miremos alrededor nuestra moderna polis y veremos como ha surgido un remakes criollo, del muralismo, tan de moda en los años 70, fruto de la contingencia y la sociedad en ebullición.
Esta promisoria situación podría hacer pensar que basta hacer más de lo mismo para seguir avanzando en materias culturales. Creemos que ello no es así. Por cierto, hay una nueva forma de relación entre creadores, sociedad y cultura –que está delineada en el capítulo relativo a los principios de la política cultural de este documento- que debe ser preservada. Igualmente, hay un conjunto de herramientas –tales como los fondos concursables- que pueden y deben ser fortalecidas y potenciadas. Sin embargo, estas importantes medidas ya no bastan, pues ellas mismas han cambiado nuestra actual circunstancia y han transformado completamente nuestras propias y legítimas necesidades culturales.
Concluiremos de manera preliminar, que no por mucho abarcar, se crece, ni menos se
avanza, falta mayor debate y menos protagonismo de nuestros agentes locales, que se pierden en rencillas surrealistas y con tan poca profundidad., obviamente de campo.
Como segundo caso, citaré un proyecto personal , que daba cuenta de la organización de la primera Bienal de Arte-Postal, Latinoamericano, con sede en nuestra ciudad, donde el tema de las obras, era nuestro hermoso desierto de Atacama, sin embargo fue evaluado mal por su escaso aporte a la escena regional.
Esta promisoria situación podría hacer pensar que basta hacer más de lo mismo para seguir avanzando en materias culturales. Creemos que ello no es así. Por cierto, hay una nueva forma de relación entre creadores, sociedad y cultura –que está delineada en el capítulo relativo a los principios de la política cultural de este documento- que debe ser preservada. Igualmente, hay un conjunto de herramientas –tales como los fondos concursables- que pueden y deben ser fortalecidas y potenciadas. Sin embargo, estas importantes medidas ya no bastan, pues ellas mismas han cambiado nuestra actual circunstancia y han transformado completamente nuestras propias y legítimas necesidades culturales.
Salvador Lauriani O. marzo 2009
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