El AMOR EN LOS TIEMPOS DE LA TRIENAL.
“Tensionar los procesos del arte se ha prestado históricamente para servir de fondo a una propuesta sanadora clara. Planteada ante la obra concreta, la pregunta “¿Qué es arte?” remite a otras, que hubieran sido inocentes en escenarios modernos y posmodernos pero que hoy adquieren un nuevo sentido: ¿Esto es arte? ¿Por qué lo es?; ¿Esto es bello? ¿Cómo puede serlo? ¿Cuál es la labor del creador y su obra?”
El movimiento de superación en la realización creativa en nuestra polis va tomando forma con la participación de todos los integrantes de la estructura cultural: Instituciones, autores y críticos. En el pasado, artículos señalaban la falta de criterio en algunos lugares de exposición en la ciudad. También es responsabilidad de los artistas encontrar y solicitar esos espacios. No pueden esperar a que simplemente se acerquen a sus estudio para exponer su obra. El adecuado impulso expositivo del artista y un criterio selectivo de las instituciones eleva la calidad de las muestras. Es de esperar que de la crítica sobre las instituciones, surja algún efecto hasta que comience a oírse en las esferas adecuadas. Todos juntos podremos dignificar la calidad plástica del norte, convirtiéndola en un lugar vivo.
Nuestra relación con el mundo y con los otros la hacemos a través de los sentidos y, al mismo tiempo los actos humanos son actos emocionales. La experiencia sensorial, aun la aparentemente epidérmica, puede ser muy profunda pero también inestable y vinculada siempre a efectos emotivos, sujetos a la posibilidad de la manipulación. Revisar desde perspectivas muy diversas la tensión entre la percepción sensorial y la práctica artística en el arte contemporáneo es el objeto que nos convoca por estos días de Trienal.
SLO
Junio 5, ANTOFAGASTA
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