MURALES EN LA CIUDAD.....................
En Chile el mural es una expresión gráfica que hace décadas se ha incorporado dentro de los códigos urbanos. Y lo interesante –y digno de reflexionar, pienso- es cuando este hecho para algunos puede ser una verdadera manifestación artística pero para otros puede ser sólo vandalismo, o propaganda.
¿Cómo definir finalmente cuál es la delgada línea que los separa?
Definamos que es un mural; Como corriente estética tiene sus primeras manifestaciones entre los años veinte y cuarenta, al finalizar la Revolución Mexicana y que surge cuando el arte latinoamericano, dependiente de Europa, tiene en México un momento de particular interés al desarrollar el arte del mural.
Los cambios resultantes de este periodo, sobre todo sociales, generan una nueva visión frente al motivo de representar en las artes así como una nueva manera de ver la vida.El muralismo responde a los ideales revolucionarios y a la paz política y no es en sí una técnica como el mural o fresco: es una escuela o movimiento.
En Chile, el muralismo se inicia con las brigadas que se organizaron en los años setenta, con fines propagandísticos, las cuales, tras el triunfo de Allende, funcionaron como mensajes concientizadores sobre las responsabilidades del Estado y la sociedad. Entre las brigadas más conocidas están Ramona Parra, Inti Peredo y Elmo Catalán, las que instauraron un lenguaje particular y con funciones determinadas: rellenos y fondos en colores puros que vibran al interior de gruesas líneas negras del brochazo delineador, la instauración de símbolos (palomas, puños, rostros, estrellas) para formar imágenes fuertes e impactantes que transformaron el paisaje urbano. Con el Golpe de Estado, el movimiento se interrumpió, subsistiendo apenas como resistencia política; al regreso de la democracia, los artistas han realizado murales en universidades, edificios del centro de la capital y en Valparaíso (donde hay un recorrido especial, en el corazón del Cerro Bellavista, cuna del maravilloso, Museo a Cielo Abierto.)
Nuestra ciudad está pronta a recibir, el primer gran encargo de ocupación de la ciudad, desde la mirada de la historia del norte grande, sus habitantes, personajes y anécdotas. La inquietud pasa por el proceso constructivo de la memoria y sin duda debieran existir proyectos similares, en el mediano plazo. Donde ya no sólo sea importante la historia (memoria), sino también la perspectiva de la estética y la teoría del arte.
No se puede juntar historia, propaganda y además buen arte contemporáneo.
salvador lauriani olivares
agosto 2008
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